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¿Qué es el hormigón pulido?

El hormigón pulido es un tipo de acabado para suelos de concreto que implica un proceso de tratamiento mecánico para lograr una superficie lisa, brillante y resistente. Se utiliza tanto en espacios interiores como exteriores y ofrece una apariencia elegante y contemporánea.

El proceso de hormigón pulido comienza con la preparación del suelo de concreto. Se utilizan máquinas especializadas con abrasivos, como diamantes, que se aplican en varias etapas para moler y pulir la superficie del concreto. Se inicia con discos abrasivos gruesos que eliminan las irregularidades, imperfecciones y capas superficiales del concreto. Luego, se utilizan discos de menor abrasión en sucesivas pasadas para refinar y pulir la superficie hasta obtener el nivel deseado de brillo y suavidad.

Durante el proceso de pulido, se pueden aplicar tintes, colorantes o densificadores al concreto para agregar color y mejorar la resistencia. Además, se puede aplicar un sellador especial al final del proceso para proteger la superficie pulida y realzar su brillo, al tiempo que ofrece resistencia contra manchas, derrames y desgaste general.

El resultado final del hormigón pulido es un suelo de aspecto elegante y brillante, con una superficie uniforme y resistente. Este tipo de acabado es apreciado por su durabilidad, fácil mantenimiento y su capacidad para reflejar la luz, lo que puede ayudar a mejorar la iluminación en los espacios interiores.

El hormigón pulido se utiliza comúnmente en una variedad de entornos, como hogares, tiendas, restaurantes, almacenes, oficinas y espacios públicos debido a su versatilidad, durabilidad y estética moderna. Además, al ser una superficie resistente y fácil de limpiar, resulta una opción popular en entornos comerciales donde se requiere un suelo atractivo y de bajo mantenimiento.